Siguen llegando a mi memoria paisajes, experiencias vividas y dichos populares en la que las plantas y el campo lo inundan todo. Nuestras hortalizas, la que conocéis, de manera inconsciente del cajón de la nevera o bien del frutero que tenemos en el rincón de la cocina,  nos proporcionan alimento, salud, y otras utilidades que no solo conciernen al mundo físico, sino al espiritual, donde juega un papel importante nuestras sensaciones: el olor a albahaca, la textura del aguacate arrugado, el sabor del melón mantecoso, la vista de la sandía recién cortada: contraste de rojo intenso, fondo blanco y borde verde. Oir el chasquido y tono hueco al abrir una granada . 
Veamos con el debido asombro y respeto por nuestros antepasados casos extraordinarios como el del maíz, planta que se convirtió en protagonista en culturas milenarias donde se le atribuye como alimento en el origen de la civilización, o el pepino, alimento y cosmético, y como no acordarse de las humildes aromáticas como el tomillo al que llegó a llamarse el antibiótico de los pobres, o bien  como no recordar a  las otoñales tagarninas, que por estos lugares alivió el hambre de poblaciones rurales en tiempos de necesidades, donde se preparaban: en tortillas, con jamón, revueltas, en caldos...versátil.

  Acaba el verano, donde hemos vivido los rigores del calor en plena huerta, cuidando mis cultivos y cosechandolos. A lo lejos oigo las voces de Antonio, veterano, experimentado y buen agricultor que me contó con tono seguro y firme, que todas las plantas que me rodeaban, todas aquellas consideradas como malas hierbas en la agricultura moderna, la de hoy, antes se utilizaban, bien como alimentos, bien como medicinales. O bien en la cultura rural, quien no ha oído que quemando romero en las casas se ahuyentaban los malos espíritus que habitaban en ellas. O como no acordarme de las coles y os cuento.: Mi abuelo, que trabajaba de "sol a sol", sufría el hombre de reuma y lumbago y se aplicaba cataplasmas de sus hojas. Les quitaba el nervio central, las aplastaba con un rodillo de cocina y las aplicaba directamente sobre la zona dolorida, aplicando encima un paño caliente de franela. Si el dolor era muy fuerte se llegaba a poner de dos a tres veces al día la cataplasma y lo combinaba con alcanfor que compraba en la farmacia. También decía él que evitaba la caída del cabello restregándoselo las hojas por el cuero cabelludo una o dos veces al día, según la gravedad del problema, e incluso aseguraba que procediendo de esta manera te volvía a salir el cabello caído, sin duda atribuciones basadas en la llamada "magia simpática". 



    Ejemplos de estos tipos con todas aquellas plantas de huerta hay innumerables, pero  si me recreo en estos recuerdos y reflexiones, primero es porque sabéis que me apasiona y segundo porque me trae el recuerdo de la expresión de Eckan Tolle, en que nos dice " ...Nos hemos perdido en el hacer, en el pensar, en el recordar, en el anticipar y hemos olvidado lo que las rocas, las plantas y los animales ya saben. No hemos olvidado de ser".

Con ello nos indica que hemos olvidado esa sabiduría que se encuentra omitida,  que se palpa en cualquier esquina de pueblo o en la vida rural, y que ha llegado a nosotros sin necesidad de ninguna tecnología, sino  que ha llegado a nosotros a través del boca a boca,  del contacto humano en la luz de chimeneas en invierno, en tertulias de noches de verano, o en los "tajos" de las faenas agrícola... trasmitidas de generación en generación. Pensemos, descubramos, aprendamos a hacer, a saber, a hacernos culto, aprendamos de la naturaleza y de todas las criaturas que nos rodean, vamos a invitar a nuestros hijos a la aventura del saber de lo natural  y de lo realmente auténtico....JOSE MARÍA.

              OS ESPERO EN LOS PRÓXIMOS MERCADILLOS:

 SABADO DÍA 12 DE OCTUBRE, PSO REDING, JUNTO PLZA TORO MALAGA
 DOMINGO DÍA 13 DE OCUTBRE, BOULEVARD, CALA DE MIJAS.
                       HORARIO: 10,00 HORAS A 14,00 HORAS.



             




    

Comentarios

Entradas populares