Resultado de imagen de pueblo abandonado

    El pequeño poblado abandonado que se muestra antes mis ojos y la huerta hacen que  se presente ante mí,  de nuevo la niñez: Antes los pueblos estuvieron integrados con su entorno. Las personas se adaptaban a los ritmos que la tierra marcaba en un proceso de coevolución, enlazando del creer-saber-conocer y la praxis, que permitía su subsistencia, sin comprometer la conservación de la naturaleza ni a las generaciones que la habitarían en un futuro. 

   Aún recuerdo muchos abuelos de amigos de la infancia, familias campesinas paulatinamente comienzan a emigrar del campo hacia las urbes para trabajar en las industrias y fábricas que empiezan a crecer y demandar mano de obra. Las nuevas generaciones nacen en las ciudades, con otros valores, preocupaciones y sueños con ello los saberes campesinos quedan relegados por la industrialización, se deslegitima así la tradición e identidad de los pueblos, tachándolos de antiguos y atrasados. Convivir con la naturaleza, se vuelve algo remoto. Se vuelve cierto el refrán que dice: "Ve más a un abuelo sentado, que su nieto de pie". Quedan atrás las generaciones de abuelos y abuelas que coeevolucionaron con la naturaleza de su ecosistema, lo domesticaron, roturando sus campos, guardando y compartiendo las semillas autóctonas, enlazando creer-saber-conocer, una praxis singular, integrando prácticas culturales y conocimientos ecológicos. Una espiral de conocimiento tradicional, que de generación en generación se iba renovando y trasmitiendo mediante la memoria oral. Este saber campesino, tan frágil y silencioso, comienza a evaporarse por segundos, quedando relegado por el saber científico convencional, el de la llamada "ciencia Moderna"

   Echo de menos esa memoria cultural rural, una ciencia con conciencia, una ciencia que dialoga y que refuerza el poder social, la convivencia entre pueblos y ciudades y entre las diferentes instancias sociales. En cada mercadillo ecológico usted y yo rememoramos los sabores antiguos, usted me pregunta y contesto y yo le pregunto y usted me indica...

   Esta memoria nos acerca a nuestras raíces y saberes ancestrales, vislumbrándose como uno de los lazos posibles que nos una, que establezca una red donde todos aprendamos. ¿Quién no tiene raíces en algún pueblo de nuestro país? o de otro país. El enlace entre identidad y memoria, es una dimensión de análisis que lleva a pensarnos y preguntarnos de dónde venimos (nuestras raíces), porqué somos como somos (nuestro presente) y, más aún, qué queremos para el futuro (proyecto de vida). Nuestra memoria aviva recuerdos y recordar viene del latín re-cordis, es decir: volver a pasar por el corazón.


Resultado de imagen de casa de campo con huerto   Hoy todavía recuerdo este pueblo abandonado por sus gentes y emigrados a la ciudad, donde todo seguían la lógica de la agricultura ecológica, de la permacultura, es decir: en los pueblos, las casas disponían de pequeños huertos colindantes, algún frutal caprichoso que aportaría sombra donde cobijarse y descansar. También la vivienda contaba con su pequeño corral donde criar los animales menores: un par de gallinas para abastecerse de huevos; una cabra popularmente conocida como la "vaca de los pobres", para garantizar la leche de los niños, un cerdo para hacer matanza, conejos y pollos para los días de fiestas...Comer carne en muchos casos era algo excepcional, y si había una mujer embarazada o enferma se le daba prioridad para que pudiera comerla.


   Hoy estamos alejado de esa realidad ancestral y se nos presenta que vivir la ruralidad por nosotros mismos o nuestros hijos, pasa por alguna lección en el colegio en la asignatura naturales, bien una visita en vacaciones a una granja-escuela o la visita a una casa rural en un pueblo de montaña...

Resultado de imagen de mercadillo ecologico  Cada mercadillo ecológico,  que cada jueves le invito, aparte de los productos que puedes obtener de agricultores ecológicos, locales  también es un intercambio cultural, un proceso educativo donde todos aprendemos, que transciende de las dicotomías sabio-ignorante, cientifico-popular y se orienta también hacia la construcción de conocimientos por ambas partes, la suya y la mía.

   Cuando abordo el camino hacia la recuperación de valores y conocimientos tradicionales, está claro que parto de un pasado que ya no se puede cambiar. También está claro que hay muchas cosas del pasado que añoro y considero dignas de tener un lugar de honor en el mundo agrario que quiero construir. Igualmente hay cosas del pasado que han pervivido y a las que quiero dar mi cariño y cuidados para que sigan presente en el futuro. La cercanía de la tierra y los conocimientos de los recursos que de ella emanan y la cercanía en el trato con las personas, son dos ejemplos que me vienen a la mente. No obstante, tras una lectura del pasado también está muy claro que hay elementos de los que se pueden llamar "tradicional" que no son de recibo y que no quiero que perduren: la situación psicológica y socio-económica de muchas mujeres en el campo, la dureza física extrema de muchas labores y condiones de vida o el reparto desigual del acceso a los recursos del campo en muchos lugares, por ejemplo...

   Hoy de nuevo os invito este próximo fín de semana a los mercadillos ecológicos, donde seguiremos aprendiendo uno del otro y donde ese binomio hace que gracias a usted, la lucha por la dignidad de la gente del campo como yo, se activa, se despierta, se reconstruye y agudiza una ruralidad una identidad propia, que gracias a usted me siento orgulloso...gracias y nos vemos este fin de semana en:


  SABADO DÍA 18 DE ABRIL: NUEVA ANDALUCIA (C/SIRIO)
  DOMINGO DÍA 19 DE ABRIL: ARROYO DE LA MIEL (PLAZA PUEBLOSOL)

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